Este sábado 25 de marzo tendrá lugar el pase oficial del film ‘La quietud en la tormenta’ (Vidania Films), de Alberto Gastesi, en el Festival D’A. La película aterrizará en la capital catalana tras un largo recorrido por prestigiosos festivales como San Sebastián o el de Gijón. Hablamos con el director donostiarra sobre la acogida que está teniendo su ópera prima y sobre sus sensaciones ante el estreno en salas de cine el próximo 12 de mayo. 

• ¿Cómo nos presentarías ‘La quietud en la Tormenta'?

Es una historia de parejas, de reencuentros a través del tiempo, de peces atrapados y montañas rusas. A su vez, es una película en la que un grupo de enamorados y talentosos actores y técnicos se ha permitido experimentar el proceso cinematográfico con un espíritu de libertad y aventura que creo que será irrepetible. Por último, este es mi debut y afloran las reflexiones formales y sobre puesta en escena que me inquietan más. Añado que este es un film con esencia donostiarra: el retrato de una ciudad en la que hemos crecido, de una generación de gente que la habitamos y de los dos idiomas que escuchamos y hablamos en sus calles.

• ¿Cómo surgió la idea del film? ¿Y por qué se rodó en 4:3 y en blanco y negro?

La idea surge, más que como tema o siquiera argumento de personajes, como imagen: el reencuentro, en un piso en venta, de dos personas que comparten un pasado. Me gusta partir de lo concreto (porque en lo concreto reside el misterio) y explorar después caminos, personajes y conceptos. Ya desde aquella semilla la película tiene un formato y estilo de imagen determinados, y aparece en blanco y negro. Mantenerme fiel a esto ha sido una guía en la oscuridad para entender qué película estábamos haciendo.

El trabajo de guion con Alex Merino ha sido caótico, aventurero, edificante. Hemos llegado a construir personajes que vivirán para siempre con nosotros en un proceso siempre abierto: empezamos a rodar el pasado de la historia sin tener escrita la parte del presente, y la virtud ha estado, quizás, en mantener un estado sereno en ese caminar por el precipicio.

Esta forma de hacer cine ha sido para mí un milagro porque se han juntado muchos factores que han hecho posible que trabajáramos en una constante mezcla de las etapas de una producción. Por otro lado, la austeridad de medios con los que contábamos ha jugado a favor en muchas decisiones, y nos ha llevado a rodar el material y los planos exactos para un montaje ‘en cámara’.

• Estrenasteis en SSIFF y posteriormente estáis participando en gran cantidad de festivales. ¿Cómo está siendo la acogida por parte de crítica y público? ¿Tenéis definido el recorrido que realizará la película en próximos festivales?

Estrenar en Donostia fue la mejor parada en alto para este viaje. Estamos teniendo un recorrido humilde pero gratificante; es difícil hacerse hueco en un medio con tanta saturación y sin tiempo para prepararlo: nada más terminar el montaje nos encontramos de bruces con el Donostia Zinemaldia, y a partir de ahí ha sido una rueda de ver venir, siendo además la primera experiencia de la productora. Aún estamos viendo cuál será el festival extranjero en el que estrenaremos fuera. Al fin y al cabo, hemos optado por un ritmo tranquilo, por dar tiempo al recorrido y por acabar estrenando muchos meses después del primer visionado en SSIFF.

La acogida está siendo fenomenal, no podemos estar más contentos. Aunque nos debemos al público general y estamos por tanto expectantes de lo que ocurra en el estreno en salas.

• ¿Además, a partir de mañana estaréis presentes en el Festival D’A, ¿qué esperáis de vuestra presencia allí?

Es un festival fijo en el calendario, hablándote como espectador. Así que te puedes imaginar el placer que supone competir con una película. Además, iremos una buena comitiva para alargar aquel sueño que fue el rodaje: los actores protagonistas Loreto Mauleón e Iñigo Gastesi, la diseñadora de producción Alejandra Arróspide, el guionista Alex Merino... Y es, además, otra oportunidad para encontrarnos con el público en el coloquio posterior, un momento compartido que nos parece mágico en esto de hacer películas.

• ¿Qué balance realizáis de lo logrado hasta ahora?

Es un balance maravilloso porque veníamos de los cortos, de preparar durante años el proyecto de largo que iba a ser nuestro debut y, casi como una irrupción de los dioses, nos encontramos con la oportunidad de rodar un guion que no estaba previsto, en unas condiciones in extremis y en donde había que tirarse con mucho ahínco a la piscina. El resultado ha sido de lo más reconfortante: la productora ha crecido muchísimo y nosotros regresamos del viaje con un espíritu renovado y más maduro para las siguientes películas.

• El 12 de mayo aterrizará en las salas de cine. Viendo el recibimiento en diferentes festivales, ¿cómo esperáis que sea la acogida en salas?

No podemos esperar más a que la gente vea la película en salas. El cine es una experiencia que no existe sin diálogo con el espectador, una expresión atravesada siempre por lo material, y necesitamos cerrar este proceso desapareciendo, abandonándonos al punto de partida para que la película sea. Tengo la esperanza de que, pese a su propuesta formal, acabe siendo un film de gran público.

• Hablando de cara a futuro, ¿qué proyectos tienes actualmente entre manos? ¿Nos puedes adelantar algo?

Estamos terminando de financiar la segunda película, ‘Singular’, un film de ciencia ficción que poco tiene que ver con este primero (aunque sospecho que terminarán conectando). Este proyecto es una coproducción de Vidania films con White Leaf Producciones y está participado por RTVE y EITB. Además, estamos desarrollando otros largos, una serie de ficción y tratando de producir el primer largo de un talentoso director con mucho recorrido en el corto.